Uno de las palabras más vapuleadas en este último siglo es:
FELICIDAD. A pesar de ello vivimos tiempos “históricos”, y somos privilegiados
al caminar por estos días el planeta tierra enfrentándonos como protagonistas a
los grandes cambios. Lo que antes funcionaba, ahora ya no. Y en el ámbito empresarial la necesidad de
cambiar o morir en el intento ya no se cuestiona, y esto trae aparejado nuevas
formas de trabajo, nuevos negocios, nuevas competencias, y finalmente, un nuevo modelo de management.
El cambio más significativo está en el concepto de liderazgo
(que hemos comentado en LIDERES
2.0 (ahora o nunca), provocado por el surgimiento de un nuevo capitalismo
sin capital. A los factores clásicos de producción se agregó el conocimiento,
que creó nuevas empresas y una nueva sociedad: la “Sociedad del Conocimiento”. La innovación, la información y el
conocimiento pasaron a ser tan importantes – o más importantes – que el capital
financiero.
En esta nueva sociedad, el “Trabajador del Conocimiento” es,
finalmente dueño de los medios de producción y del producto de su trabajo. El
trabajador del conocimiento determina sus horarios y controla su producción,
cuida de su autodesarrollo, establece prioridades y no precisa estar
subordinado a alguien que controle sus horarios y su trabajo.
Esta dificultad
conduce a una inadecuación de los sistemas clásicos de liderazgo, evaluación,
recompensa y remuneración, requiriendo
una nueva organización de las personas y, por lo tanto, nuevos líderes y nuevos
profesionales.
La nueva estructura organizacional necesita incorporar
flexibilidad y especialización. La organización más adecuada es la de una
orquesta sinfónica, en la que el líder se convierte en un maestro que lidera
especialistas. Un líder que define y transmite
su visión, establece objetivos, moviliza e incentiva, sin mandar ni imponer
nada.
El desafío del nuevo
liderazgo transformador es influenciar y movilizar a las personas, para que
desarrollen la motivación para hacer lo que se “debe” hacer. El desafío del
nuevo líder es ayudar a crear lo nuevo y movilizar a las personas para
implementar estos cambios. Las personas flexibles, adaptables, seguras y
optimistas superarán a las más rígidas, temerosas y pesimistas, difíciles de
cambiar.
El “Liderazgo Transformador” es el que
dice presente y toma la palabra y muestra
que para obtener resultados extraordinarios, los líderes deben aprender a crear
un ambiente de trabajo extremadamente positivo. Deben aprovechar los puntos
fuertes de cada uno, en vez de concentrarse simplemente en los puntos de
desarrollo. Los líderes deben aprender a
elogiar y promover emociones positivas como comprensión, compasión, optimismo,
gratitud y el perdón. Tienen que desarrollar e incentivar las relaciones de
apoyo mutuo en todos los niveles y brindar a los liderados un profundo sentido
de significado y propósito del trabajo.
Ejercer un liderazgo transformador significa cultivar un
clima positivo, desarrollar relaciones, mantener la comunicación y, por último,
crear, en cada uno de los liderados, una percepción de sentido y significado
positivos de su trabajo.
Inducir y fomentar estas emociones (alegría, confianza,
amor, apreciación, etc.) y reducir emociones negativas (miedo, rabia, ansiedad,
etc.) provoca un aumento significativo de la capacidad cognitiva, de la
retención de informaciones, de la creatividad y de la productividad de los
empleados, que se sienten más seguros y aumentan su desempeño y productividad.
La búsqueda del sentido de la vida es una necesidad humana
universal y la relación entre este sentido y el significado del trabajo es un
factor fundamental. Las personas que consideran que su trabajo es sólo un
empleo, buscan beneficios financieros y materiales y tienen un desempeño
normal. Por otro lado, los individuos
que hacen lo que les gusta y su trabajo es su vocación, buscan recompensas más
allá de los beneficios personales o financieros y tienen un desempeño superior
al normal.
Cabe al líder ayudar a cada uno de los liderados a encontrar
su vocación y desarrollar un sentido y significado transformador de su trabajo.
El comportamiento del líder es contagioso y tiene un efecto exponencialmente
multiplicador en el grupo y en la organización.
Para conseguir implementar los nuevos conceptos del
Liderazgo Transformador el manager debe ir más
allá del cambio de comportamientos y actitudes. Se deben desarrollar nuevas
creencias y valores. Se debe tener el coraje de creer que se puede ir más allá
de lo normal, confiar en la capacidad y en la buena voluntad de las personas,
en las posibilidades del virtuosismo y de la excelencia superior al límite, y
por ende que el término “FELICIDAD EN EL
TRABAJO” no es una mera frase de moda, sino la frase que debe guiar sus
acciones diarias.
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